En un contexto global marcado por la fragmentación del orden internacional y el retroceso de los consensos multilaterales, Felipe VI ha elevado el tono de la posición española en el seno de la Asamblea General de la ONU. Por primera vez bajo el mandato de Pedro Sánchez, el monarca ha intervenido en nombre del país para reclamar una reacción firme ante la crisis en Gaza y defender la necesidad de avanzar en soluciones duraderas para la estabilidad regional.
Felipe VI condenó, de manera inequívoca, los “actos aberrantes” cometidos por Israel en la Franja de Gaza, utilizando un discurso directo y personal para evitar que la comunidad internacional “mire hacia otro lado”. Aunque el Rey evitó el término “genocidio”, adoptado por buena parte del Ejecutivo, insistió en la urgencia de detener la violencia y ha apelado al derecho internacional humanitario. El monarca defendió al mismo tiempo la condena total al terrorismo de Hamás y el derecho de Israel a la defensa, pero subrayó la obligación de respetar los principios humanitarios más elementales.
Durante su intervención, Felipe VI enmarcó la denuncia sobre Gaza en la historia compartida entre España e Israel, destacando los lazos sefardíes y la hermandad cultural que une a ambos pueblos. “Nos cuesta comprender lo que el gobierno israelí está haciendo en Gaza”, manifestó, declarando que España clama y exige el cese de la masacre en nombre del respeto a la historia y el anhelo de convivencia.
Palestina y Gaza
España, que reconoció el Estado de Palestina en mayo de 2024, mantiene activa una política de promoción de la solución de los dos estados. El Rey reiteró esta línea estratégica, instando a la comunidad internacional a convertir la iniciativa en una realidad tangible para lograr una paz regional justa y definitiva. Felipe VI situó la decisión española como parte de una corriente creciente en la diplomacia europea, contribuyendo a renovar la legitimidad y el alcance de la causa palestina en organismos multilaterales.
El jefe del Estado remarcó la importancia del multilateralismo como vía para afrontar retos actuales, y contrapuso la visión de España y la UE a discursos que cuestionan la vigencia e idoneidad de instituciones globales como Naciones Unidas. Felipe VI puso de relieve los logros comunitarios y llamó a los Estados miembros a consolidar su compromiso financiero con la organización, especialmente ante la retirada de fondos por parte de diversos gobiernos.
El mensaje de Felipe VI se articula como contrapunto a la posición defendida por Donald Trump, quien la víspera había criticado abiertamente el multilateralismo en el mismo foro. Frente a las iniciativas restrictivas de la Casa Blanca en materia migratoria, el Rey defendió el valor de la inmigración gestionada y la centralidad de los derechos humanos en la acción internacional.