El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, endureció este miércoles su postura hacia el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al situarle como principal responsable de “la masacre de civiles en Gaza” durante una tensa sesión de control en el Congreso de los Diputados. Feijóo, sin embargo, evitó emplear el término “genocidio”, que el presidente Pedro Sánchez había citado previamente en referencia al informe de la ONU y al respaldo mayoritario de la comunidad internacional hacia esa interpretación de los acontecimientos en Gaza. Feijóo considera que Sánchez utiliza la situación humanitaria en la franja como “cortina de humo” para ocultar los problemas de corrupción en torno al Gobierno y desviar el debate mediático de asuntos internos.
Sánchez, por su parte, replicó mostrando confianza en la estabilidad de su mandato y destacando que, a pesar de las dificultades en el Congreso, ha logrado sacar adelante 43 iniciativas en la Cámara y ha mejorado las previsiones económicas del país. El presidente insistió en que España mantiene una de las presidencias más estables de Europa, señalando la volatilidad reciente de gobiernos en Francia, Reino Unido, Austria y el propio Partido Popular. Sánchez también se apoyó en los datos de opinión del Real Instituto Elcano, según los cuales el 82% de los encuestados cree que Israel busca un genocidio en Gaza.
A lo largo de la sesión, las referencias a la presión judicial y mediática que afrontan el PSOE y el Gobierno no cesaron por parte de los portavoces populares. Sin embargo, Feijóo optó por no enfrentarse frontalmente al relato oficial sobre Gaza, pero sí subrayó que “los civiles palestinos asesinados en Gaza no son terroristas” y señaló al Ejecutivo de Netanyahu como responsable directo de los bombardeos.
El PP y la agenda propia
La sesión evidenció la dificultad del PP para establecer una agenda propia frente a un Gobierno que maneja, en estos momentos, el relato internacional y mediático del conflicto en Oriente Medio. Feijóo, lejos de normalizar la tensión, acusó a Sánchez de recibir el interés propagandístico de Hamás tras sus comentarios críticos con el Gobierno israelí, e insinuó que el presidente puede cambiar de postura de un día para otro, como ocurrió, según él, en la cuestión del Sáhara Occidental.
Al margen del enfrentamiento entre ambos líderes, el debate parlamentario evidenció también la fragilidad de la mayoría de Sánchez. Míriam Nogueras, portavoz de Junts, advirtió de la autonomía de su formación y cuestionó abiertamente la capacidad del presidente para mantener la gobernabilidad, reclamando atención especial a las demandas catalanas y la situación de los autónomos en la región. Sánchez respondió comprometiéndose a cumplir los acuerdos europeos suscritos al inicio de legislatura con el líder de Junts, Carles Puigdemont, reafirmando su intención de continuar en el poder.