Cuatro meses de conflicto han pasado factura a Israel tras una presión económica creciente, llevando a Moody’s a rebajar por primera vez en la historia la calificación crediticia del país de A1 a A2, y a cambiar la perspectiva económica a «negativa». Este cambio refleja el impacto financiero de movilizar aproximadamente 300,000 reservistas y atender a unos 200,000 desplazados debido al conflicto en Gaza, así como el riesgo de un enfrentamiento a gran escala con Hezbolá.
El Estado de Israel, conocido por su fortaleza económica, tecnológica y militar, ha enfrentado varios desafíos a lo largo de su historia, incluidas crisis financieras globales y estallidos de violencia. Sin embargo, la situación actual destaca por ser el mayor conflicto en medio siglo, con un costo estimado para el país de aproximadamente 255,000 millones de shekels (alrededor de 69,000 millones de dólares) entre 2023 y 2025, lo que representa el 13% del PIB proyectado para 2024.
La rebaja de Moody’s implica un aumento en el costo de financiamiento en los mercados internacionales para Israel y sus empresas, en un momento en que el país planea emitir bonos para sostener sus esfuerzos de guerra. El informe de la agencia de calificación resalta el aumento del riesgo político, la debilidad de las instituciones ejecutivas y legislativas, y una menor fortaleza fiscal como factores clave detrás de esta decisión.
Reacción del primer ministro israelí
A pesar de la gravedad de la situación, tanto el primer ministro Benjamín Netanyahu como el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, han minimizado el impacto de la rebaja. Netanyahu confía en que la calificación mejorará una vez que Israel «gane» la guerra, mientras que Smotrich critica el informe de Moody’s como un «manifiesto político» sin fundamentos económicos serios.
El sector de alta tecnología de Israel, vital para la economía del país, podría ser uno de los más afectados por esta rebaja crediticia. Este sector depende en gran medida de la inversión extranjera, que se ve influenciada por las evaluaciones de las agencias de calificación. Además, se anticipa que el déficit público de Israel aumentará significativamente debido al conflicto, lo que podría llevar al Banco de Israel a reconsiderar su reciente disminución de las tasas de interés.
La rebaja de la calificación crediticia de Israel por Moody’s subraya los profundos desafíos económicos que enfrenta el país debido al prolongado conflicto en Gaza y el riesgo de escalada con Hezbolá. Aunque el gobierno de Israel mantiene una postura optimista, la realidad financiera sugiere un panorama más complejo y el conflicto amenaza con seguir pasando factura.