Las consecuencias más inmediatas del cambio climático requieren de acciones políticas concretas. Así lo han hecho saber España y Senegal tras su alianza internacional para mejorar la resiliencia contra la sequía, presentada en la COP27, cumbre anual del clima. La iniciativa ha sido secundada por otros 25 países y 20 organizaciones internacionales. Este programa arranca con una inyección inicial de cinco millones de euros y pretende impulsar medidas para «reducir la vulnerabilidad, impacto y exposición a las sequías extremas».
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, junto a su homólogo en Senegal, Macky Sall, han propuesto a la comunidad internacional la creación de una nueva Alianza Internacional para la Resiliencia frente a la Sequía. Lo han hecho en la cumbre anual del clima, que este año se celebra en Egipto.
La decisión de crear esta nueva alianza viene motivada por una creciente crisis climática que tanto España, como diferentes países mediterráneos vienen sufriendo en los últimos años. El concepto de sequía no es nuevo para África. En palabras del mandatario senegalés, «En 2030, solo en África, se estima que 118 millones de personas estarán en riesgo de pobreza extrema debido a la subida del nivel del mar, las inundaciones, las sequías y otros fenómenos extremos», ha destacado Sall durante su comparecencia en la COP27.
Problema global
El problema global de la sequía es evidente en diferentes partes del mundo. Por eso el presidente senegalés fue igual de tajante cuando quiso transmitir la urgencia de crear nuevas alianzas contra la sequía. «Todos, gobiernos, ciudadanos y sociedad civil, tenemos la obligación de no serrar la rama en la que estamos sentados«, añadió.
Una prueba de lo evidente que es el problema de la sequía es que dos países como España y Senegal se hayan unido contra el mismo problema que amenaza a sus territorios. En los últimos años, sin ir más lejos, Senegal ha vivido varios periodos de sequía severa que, a su vez, dejaron expuestos a casi un cuarto de millón de personas a una grave situación de inseguridad alimentaria.
España, por su parte, acaba de vivir una de las peores sequías en más de 500 años, según publica El Periódico. Las previsiones apuntan que, de seguir así, el avance de las sequías podría exponer el 75% de la península Ibérica en riesgo extremo de desertificación.
El último informe de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) señala que la frecuencia de las sequías ha crecido un 29% desde inicios del S.XXI. «El cambio climático tiene gran parte de responsabilidad», advertía a principios de año uno de los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)