La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, empezó con buen pie su andadura al frente del cuerpo armado, que cuenta con 78.000 agentes (frente a los 67.000 de la Policía nacional). Nacida en 1969, abogada y -entre septiembre de 2018 y enero de 2020- subdelegada del Gobierno en Málaga, una provincia difícil por contar con una amplia población flotante y presencia de redes de delincuencia internacional, le llegó la crisis del Covid-19 en pleno aterrizaje en el cargo. Sin embargo, en medio de la pandemia, la situación ha cambiado. La principal asociación de guardias civiles, AUGC, critica a Gámez por falta de interlocución desde que comenzó la crisis sanitaria.
La vicepresidenta Calvo y la ministra de Igualdad, Montero, resultaron enfermas de Covid-19
La gestión de María Gámez ha sido cuestionada tras el cese por parte del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, del coronel Diego Pérez de los Cobos, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid. El motivo oficial: falta de confianza y continuación del proceso de renovación de estructuras orgánicas. Sin embargo, una comunicación interna filtrada a los medios de comunicación desvelaba el contenido de un escrito de María Gámez, redactado la noche del cese (el pasado domingo 24 de mayo), sólo unas horas después de que la Policía Judicial de la Guardia Civil de Madrid remitiera un informe al Juzgado de Instrucción número 51 de Plaza de Castilla que cuestionaba que la Delegación del Gobierno en Madrid permitiera la celebración de la marcha feminista del 8-M cuando ya podrían conocer los peligros de contagio. De hecho, algunas destacadas asistentes, como la vicepresidenta Carmen Calvo (PSOE) y la ministra de Igualdad, Irene Montero (Unidas Podemos), resultaron enfermas de Covid-19 poco después, sin que -evidentemente- existiera constancia de que se contagiaran en ese acto multitudinario.
María Gámez comunicaba que el motivo del relevo del coronel era por “no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento”. Era esa falta de información a sus mandos, afirmaba la directora en su escrito, lo que provocaba la “pérdida de confianza” tanto en la dirección del cuerpo como en el Ministerio del Interior. Una revelación que chocaba con la condición de “guardar máxima reserva” que exigía la juez a la Guardia Civil a la que requirió un informe del presunto delito del delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, por prevaricación administrativa al permitir la celebración de concentraciones multitudinarias entre los pasados 5 y 14 de marzo, entre ellas la marcha feminista del 8-M.
El documento fue remitido después de que Pérez de los Cobos se negara a facilitar información al Ministerio
Se da la circunstancia de que el documento fue remitido a las 22:14 horas de ese domingo, un par de horas después de que Pérez de los Cobos se negara a facilitar información al Ministerio del Interior sobre las investigaciones y 15 minutos antes de que la propia Gámez comunicara por teléfono al coronel su destitución, sobre las 22:30 horas.
En ningún momento María Gámez, que es la competente para proponer el cese de un mando según la Ley de Personal de la Guardia Civil 29/2014, justificaba la salida de Pérez de los Cobos por una reestructuración interna alguna, tal y como había explicado el ministro del Interior en el Congreso de los Diputados.
La directora de la Guardia Civil también tuvo que coger las riendas para impedir las dimisiones del número tres y cuatro del escalafón operativo del cuerpo. No dudó en darles un ultimátum para saber si contaba con ellos para seguir al frente de sus responsabilidades. Si no respondían, sería ella misma quien les cesara de sus cargos. Ambos decidieron aguantar en sus puestos.
Desde la APROGC (Asociación Pro Guardia Civil) consideran “necesario y urgente” que Gámez dé explicaciones “públicas y detalladas” de toda la crisis de las últimas semanas. El guante a esta petición lo han recogido ya partidos como el PP y Ciudadanos, que han pedido la comparecencia de la directora de la Guardia Civil en el Congreso. María Gámez, a la sombra de su ministro, Fernando Grande-Marlaska, tiene días difíciles por delante.
