El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha sorprendido a la comunidad europea al anunciar su intención de presentarse como candidato a las elecciones europeas de junio, antes de finalizar su mandato en el Consejo. Esta decisión, inusual desde la creación del cargo, ha generado dudas y preocupaciones sobre quién ocupará su puesto, especialmente ante la posibilidad de que Viktor Orban, actual líder húngaro, asuma la presidencia ‘pro tempore’ del Consejo Europeo durante la segunda mitad del año.
Michel, elegido en 2019, explicó su inesperada decisión a la prensa belga el pasado sábado y ante un grupo de periodistas europeos el domingo, enfrentándose a críticas inmediatas. Su plan es presentarse a las elecciones mientras aún ocupa el cargo, defendiendo que, al igual que cualquier primer ministro en busca de la reelección, debe ser líder y candidato simultáneamente, destacando la integridad e honestidad intelectual implícita en esta dualidad.
Sin embargo, el riesgo principal radica en los plazos. Las elecciones europeas están programadas entre el 6 y el 9 de junio, y Michel espera tener un sucesor nombrado por los 27 líderes europeos para la sesión del Parlamento prevista para mediados de julio. En caso de no llegar a un acuerdo a finales de junio, existe la posibilidad de que Viktor Orban asuma temporalmente la presidencia, generando preocupaciones debido a su historial de obstaculizar decisiones cruciales en cumbres anteriores.
Críticas por su capacidad para mantener imparcialidad
Michel se lava las manos ante esta posibilidad, instando a sus colegas a tomar decisiones a tiempo para evitar sorpresas. A pesar de las críticas y las dudas sobre su capacidad para ser imparcial como presidente del Consejo Europeo mientras busca la reelección, Michel defiende su decisión como un acto para apoyar la legitimidad democrática de la Unión Europea y aboga por reformas que fortalezcan la soberanía y el poder del Parlamento.
Además, la posible candidatura de Michel a la presidencia del Parlamento Europeo añade un giro intrigante a la situación, desafiando las expectativas y generando interrogantes sobre la legitimidad democrática en el proceso de selección de líderes europeos. Con el tablero político europeo en movimiento, las próximas semanas prometen ser clave para determinar el futuro político y la sucesión en el Consejo Europeo.