Boris Johnson, primer ministro británico, es acusado de desoír el ultimátum de la Unión Europea porque Bruselas alega que su nueva ley de mercado interior vulnera el acuerdo del brexit en uno de sus puntos más importantes, el protocolo para evitar una frontera terrestre entre Irlanda e Irlanda del Norte.
Para la Unión Europea, la situación es inadmisible. Johnson debería retirarla antes del fin de septiembre o pagará el incumplimiento: la Comisión amenazó con romper las negociaciones para un pacto comercial y emprender acciones legales.
La presión del Ejecutivo de la Unión Europea no ha surtido efecto por ahora. El representante británico, Michael Gove, no ha dado ninguna indicación» de que vaya a cumplir las exigencias de la UE, según ha desvelado el vicepresidente de la Comisión, Maroš Šefčovič.
Londres tampoco ha propuesto ninguna solución para desbloquear el acuerdo de libre comercio, que precisamente a finales de septiembre entra en su novena ronda de negociaciones en Bruselas.
Pese a lo que se consideran en Bruselas desaires y provocaciones de Boris Johnson, la Unión Europea no se levantará de la mesa. La ruptura total con Reino Unido no es una opción, al menos por ahora. La prioridad sigue siendo una separación amistosa para el 31 de diciembre, cuando finalice el plazo de transición.
También se ha descartado la amenaza de acciones legales contra Londres. «He recordado al Gobierno británico que el Acuerdo de Retirada contiene una serie de mecanismos y recursos jurídicos para hacer frente a la vulneración de las obligaciones legales contenidos en el texto. La UE no dudará en usarlos. Sobre cuándo o cómo lo haremos, deben darnos un poco de tiempo y les informaremos en su momento» ha afirmado Maroš Šefčovič. Añadió que la Unión Europea recuperaría la confianza en el Reino Unido cuando este retire la sección polémica de su propuesta de legislación que viola lo acordado entre Londres y Bruselas.
«Una recuperación total de la confianza sucedería en el caso de que el Gobierno británico retirase la parte polémica de la legislación»
Maroš Šefčovič
Šefčovič, representante europeo en el comité conjunto que revisa cómo se aplica el acuerdo de salida, mantuvo esta semana un encuentro con su homólogo británico, el ministro del Gabinete del Reino Unido, Michael Gove, y tuvieron sobre la mesa esta modificación unilateral británica de la salvaguarda para Irlanda del Norte, uno de los asuntos que más había costado consensuar en el acuerdo de salida.
«Una recuperación total de la confianza sucedería en el caso de que el Gobierno británico retirase la parte polémica de la legislación», explicó Šefčovič en una rueda de prensa.
El proyecto de ley de Mercado Interno británico modificaría algunas normas sobre la circulación de bienes entre Irlanda del Norte y la isla de Gran Bretaña, diseñadas para poder mantener abierta la aduana entre ambas Irlandas cuando el territorio británico haya quedado fuera de la unión aduanera europea.
La intención del Gobierno británico de retocar este pacto de forma unilateral, que Londres ha reconocido que violaría la ley internacional, ha generado intensas críticas a nivel europeo y también doméstico.