El terrorismo ha vuelto a golpear Turquía con dureza este domingo. Al menos seis personas han fallecido y otras 81 han resultado heridas -dos de ellas muy graves- en una explosión en la avenida Istiklal de Estambul, uno de los puntos más concurridos de la ciudad. Así lo ha detallado desde muy cerca el vicepresidente, Fuat Oktay, que ha confirmado que se está investigando como un atentado, tal y como publica La Vanguardia.
Se trata del primer atentado mortal en Estambul desde el último gran ataque sufrido el 1 de enero de 2017, cuando 37 personas perdieron la vida en una operación reivindicada por el Estados Islámico. Ninguna organización terrorista ha reivindicado el atentado sufrido el pasado fin de semana en tierras turcas.
Las fuerzas de seguridad precintaron ayer todos los accesos a la avenida y se restringió el acceso a redes sociales, como es habitual en el país cuando ocurre algo de este tipo. Un tribunal de Estambul declaró el «apagón informativo», siguiendo el protocolo antiterrorista en Turquía, según publica Heraldo.
Las primeras sospechas apuntan hacia una mujer, que ya ha sido detenida, como presunta artífice del mortal ataque. El balance emitido a primera hora de la tarde elevaba a 46 los detenidos por su presunta vinculación con el ataque.
El ministro del Interior de Turquía, además, ha acusado del atentado a las Unidades de Protección Popular (YPD), la filial siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). El PKK, por su parte, ha desmentido todo vínculo con el ataque, al igual que los combatientes sirios kurdos.