En un acontecimiento crítico que resalta las complejidades de la diplomacia internacional y los desafíos que enfrentan las Naciones Unidas, el Secretario General António Guterres se encontró en una posición difícil durante la reciente sesión del Consejo de Seguridad de la ONU. Guterres, en un esfuerzo por mitigar la creciente crisis en Gaza, convocó una reunión de emergencia del Consejo para discutir un posible alto al fuego en la Franja de Gaza, en respuesta a los intensos bombardeos de Israel sobre el enclave palestino.
Sin embargo, sus esfuerzos se toparon con un obstáculo importante cuando Estados Unidos, ejerciendo su poder de veto, bloqueó la resolución de alto el fuego que había obtenido el apoyo de la mayoría de los miembros del Consejo, a excepción del Reino Unido, que se abstuvo. Esta acción de EE.UU. se produce a pesar de las súplicas dramáticas y directas de Guterres, quien destacó la desesperada situación humanitaria en Gaza, afirmando que «la población se asoma al abismo».
En su discurso, Guterres enfatizó la necesidad de aplicar la ley humanitaria internacional de manera no selectiva, recordando a todos los miembros que esta ley es vinculante y debe ser respetada sin considerar la reciprocidad. Además, señaló que las violaciones cometidas por Hamás no eximen a Israel de sus propias responsabilidades y violaciones.
Veto de Estados Unidos al alto al fuego
El representante de Estados Unidos ante la ONU, Robert Wood, expresó la posición de su país, argumentando que un alto al fuego inmediato solo «sembraría las semillas de una próxima guerra». Esta postura refleja una visión estratégica y geopolítica compleja, sugiriendo que EE.UU. percibe el llamado a un alto al fuego como potencialmente contraproducente a largo plazo.
Mientras tanto, Guterres, en un llamamiento sin precedentes, instó al Consejo de Seguridad a actuar para evitar una catástrofe humana en Gaza, destacando la devastación sufrida por la región: viviendas destruidas, desplazamiento masivo de la población, y la destrucción de infraestructuras esenciales, incluidas escuelas, hospitales y lugares de culto.
Philippe Lazzarini, director de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa), abordó también la situación en Gaza y solicitó un «alto el fuego humanitario inmediato». Lazzarini subrayó la necesidad urgente de una intervención humanitaria para detener la pérdida de vidas, al tiempo que reconocía los ataques perpetrados por Hamás en Israel. El embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, agradeció a Guterres por su postura y palabras, en un momento en que Israel ha intensificado sus críticas y llamados a su dimisión.